domingo, 7 de febrero de 2010

EDUCOMUNICACIÓN: Participación ciudadana y creatividad

La Media Literacy tiene como principal objetivo “desarrollar un pensamiento crítico ante los mensajes de los medios de comunicación de masas. Ayudar a esclarecer que la visión del mundo que interiorizamos como verdadera es en buena medida el resultado de los mensajes mediáticos que absorbemos diariamente (del periódico a Internet, de la valla publicitaria al videojuego). La MLE ayuda a examinar esta visión, desenterrar sus raíces culturales, económicas, ideológicas, éticas”. Éste es el concepto clave que nos proporciona Jordi Torrent, encargado de las iniciativas Media Literacy de la Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas, sobre la educomunicación.

Los orígenes de este movimiento se remontan a finales de los años 60 y principios de los 70. Han pasado cuarenta años y, sin embrago, observamos los escasos avances en la implantación de la educomunicación en las escuelas de todo el mundo. Roberto Aparici, ex presidente del World Council for Media Education y Director del Máster “Comunicaión y Educación en la Red” en la UNED, afirma que “lo que se inicia como un movimiento de alfabetización para comprender la realidad construida por los medios y cómo los medios realizan sistemáticamente una representación de la realidad, se convierte en un hecho anecdótico donde los jóvenes realizan sus videos, los cuelgan en sus blogs o en YouTube, pero –en el fondo- no ha habido una transformación. No se intenta que todas esas voluntades que están pensando y estudiando los medios se unan y articulen estrategias de contra-información o realicen mensajes que no reproduzcan los mismos modelos que transmiten los medios”. Ello nos hace cuestionarnos el porqué de esa realidad, cuando los medios se han convertido en las últimas décadas en la ventana al mundo más importante para el espectador. Las estructuras socio-políticas han impedido el desarrollo de estos estudios pero nosotros apenas nos hemos movido. Los movimientos ecologistas o antiglobalización han plantado cara a los gobiernos y gigantes empresariales, se han convertido en activistas para luchar por lo que creen. Nosotros no, y por nosotros me refiero al grueso de personas que es conciente de los efectos que los medios tienen en la sociedad, de su poder y del “dejar hacer” de los gobiernos. Como dice Aparici, para muchos es beneficioso tener una sociedad de analfabetos mediáticos. En este sentido, es muy importante diferenciar a las empresas patrocinadoras de la Media Literacy de las propuestas independientes que no esconden detrás fines deshonestos.

En esta línea debemos plantearnos la importancia de la implantación de la educomunicación o Media Literacy (no es importante la confusión terminológica) en la escuela para formar ciudadanos críticos, que luchen por sus derechos. La educomunicación se ha convertido en un derecho más de los recogidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Coincido con Torrent en que la forma de legislar dicho derecho conformará un tipo de sociedad u otro. Los grandes poderes no tiene interés en lograr una sociedad abierta, en la que prime la libertad de expresión como único vehículo para luchar contra la mentira y la manipulación. Y es ahí donde nosotros debemos actuar, porque las nuevas tecnologías nos ofrecen unas posibilidades impensables hasta hace unos años.


AMAIA ORTIZ

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